Después de la entrevista a Romay en El Espectador, que me motivó a escribir porque me crispó los nervios, le hicieron una entrevista a Marina Arismendi para ver qué opinaba.
Rescato algunas frases de la ministra que comparto visceralmente, porque laburé en un asentamiento, lo cual me dio alguna idea de cómo se vive y qué códigos se manejan en un par de cantes (no se puede comparar el clima del Marconi con el de Malvín Norte; cada cante tiene su propio modo de vida):
- (...) hay gente que señala: “Nosotros tenemos un mundo, somos los que estamos incluidos, somos los que tenemos una determinada cultura, unos determinados valores, y esos otros son los pobres, los desarraigados, los excluidos”. En el fondo decimos, de una manera u otra (también con políticas que se realizaron), “vamos a tenerlos más o menos contentos para que no embromen, y mientras seguimos, y si podemos, los incluimos en nuestro modo de ver la vida, en nuestros valores”.
- (...) muchos perdieron todo y hoy están en los asentamientos, y tienen capacidades, nivel cultural, profesión, oficio, muchos de ellos viven ahí y trabajan, capaz que aquí, a lo mejor enfrente, en distintos lugares, pero no tienen una garantía para alquilar, no tienen una forma de vivir en otra parte, fueron expulsados hacia los cinturones de la ciudad, y no solo de la ciudad.
- [comentarios como el de Romay] en el fondo (y eso es lo que me indigna) es pararse arriba de una tribuna, arriba de un pedestal y decir “yo soy mejor que el otro”, “soy mejor que el compatriota que está en desgracia, yo sé lo que son los valores, soy la persona que maneja los valores y los quiero incluir”.
Un comenario final: dice Arismendi que han visitado 200.000 hogares y no han tenido "un solo problema con esa supuesta cultura que dicen que existe, no lo tuvieron los estudiantes".
Absolutamente le creo.
Rescato algunas frases de la ministra que comparto visceralmente, porque laburé en un asentamiento, lo cual me dio alguna idea de cómo se vive y qué códigos se manejan en un par de cantes (no se puede comparar el clima del Marconi con el de Malvín Norte; cada cante tiene su propio modo de vida):
- (...) hay gente que señala: “Nosotros tenemos un mundo, somos los que estamos incluidos, somos los que tenemos una determinada cultura, unos determinados valores, y esos otros son los pobres, los desarraigados, los excluidos”. En el fondo decimos, de una manera u otra (también con políticas que se realizaron), “vamos a tenerlos más o menos contentos para que no embromen, y mientras seguimos, y si podemos, los incluimos en nuestro modo de ver la vida, en nuestros valores”.
- (...) muchos perdieron todo y hoy están en los asentamientos, y tienen capacidades, nivel cultural, profesión, oficio, muchos de ellos viven ahí y trabajan, capaz que aquí, a lo mejor enfrente, en distintos lugares, pero no tienen una garantía para alquilar, no tienen una forma de vivir en otra parte, fueron expulsados hacia los cinturones de la ciudad, y no solo de la ciudad.
- [comentarios como el de Romay] en el fondo (y eso es lo que me indigna) es pararse arriba de una tribuna, arriba de un pedestal y decir “yo soy mejor que el otro”, “soy mejor que el compatriota que está en desgracia, yo sé lo que son los valores, soy la persona que maneja los valores y los quiero incluir”.
Un comenario final: dice Arismendi que han visitado 200.000 hogares y no han tenido "un solo problema con esa supuesta cultura que dicen que existe, no lo tuvieron los estudiantes".
Absolutamente le creo.
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